Prensa 28/10/14

Noticia en el ABC

Reinventarse o cierre de puestos. Esta losa que caía sobre los mercados de abastos no los ha sepultado finalmente, porque han abierto sus puertas a nuevas propuestas, ofertas y líneas de negocios que hace menos de tres años eran impensables en estas estructuras que entraron en competición con las grandes superficies comerciales y las nuevas formas de venta al público, quizá más acordes con la prisa y la forma de vivir al minuto pero sin el encanto del trato directo y la atención personalizada.

La reinvención de las plazas, que ha llegado de la mano de nuevos conceptos y fórmulas para atraer al público, se constata y comprueba en uno de los más clásicos mercados, el de Triana, pero no es el único. Van entrando en esta tónica otras plazas como la del Arenal y otros mercados de barrios, como el de Heliópolis. Unos con fuerza y muchos aires de cambio y otros más tímidamente van dando paso entre sus puestos a actividades comerciales que han vuelto a atraer al público.

En el mercado de Triana existen 80 puestos, de los cuales 31 se han dedicado a actividades que no tienen que ver con la oferta tradicional de venta de frutas, carnes y pescado. En el del Arenal, de sus 52 puestos, 31 no son los clásicos. Basta darse una vuelta por los mercados de Triana y el Arenal para comprobar que estas nuevas ofertas son variadas, diversas y que, ciertamente, no colisionan unas con otras. O al menos lo intentan.

El sábado se ha convertido en el mejor día de público en las plazas al reclamo de bares, restaurantes y ofertas de «delicatessen», amén de otro tipo de puestos, reconvertidos en peluquería, bordados, sombrerería, alquiler de bicicletas, floristerías, bordados… o incluso, teatro, como el Casala, novedosa iniciativa en el mercado de Triana, que con 28 butacas es un rincón delicioso para disfrutar de distintos espectáculos; o las iniciativas del restaurante espectáculo La Ópera, en el Arenal. Este último mercado ya cumple como tal 35 años en este edificio creado por Juan Talavera en 1947 sobre el solar que ocupara la antigua cárcel del Pópulo. La Marisquería el Pesquero, clásica donde las haya y con productos de primera calidad, en el interior del mercado, convive ahora con Ostregi, que ofrece, además de ostras, caviar, salmón, berberechos, cavas y la moda de las ginebras de diseño; o con la Taberna el Pópulo, que lleva ocho meses funcionando con guisos, pinchos, chacinas, quesos, conservas…

El concepto de cambio está instalado con fuerza y pujanza en el mercado de Triana, donde todos los placeros se benefician de la respuesta de público, que, además, ha impulsado a muchos placeros tradicionales a ampliar sus ofertas. Ha sobrevivido más de 190 años desde que se levantara sobre los restos delCastillo de la Inquisición y ha vencido traslados y reformas para entrar en el siglo XXI añadiendo a la carne y el pescado un cóctel de ofertas y gustos para todos los públicos, para comer, tapear —sin olvidar los tradicionales bares de la plaza— y tomar una copa, un dulce; batidos y zumos naturales en «Mimum», o degustar la cerveza Taifa, que hacen allí mismo.

Con estas medidas, las plazas serán en un futuro muy inmediato un centro cultural y de ocio, con programas para los sevillanos y el turismo, con exposiciones, música en directo en horario comercial, actividades para niños… Una manera de renovarse para sobrevivir.

http://sevilla.abc.es/sevilla/20140105/sevi-mercados-abastos-renovacion-201401042207.html

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